Fisioterapia oncológica

La fisioterapia oncológica es una especialidad que se enfoca en el tratamiento y manejo de las secuelas físicas causadas por el cáncer y sus tratamientos como quimioterapia, radioterapia, inmunoterapia, hormonoterapia, entre otras. Los cuales afectan el sistema musculoesquelético, neurológico y linfático. Entre los problemas más comunes se encuentran la fatiga, dolor, debilidad muscular, linfedema, restricciones de movilidad y las alteraciones en la función cardiopulmonar. Por lo que, la calidad de vida antes, durante y después del tratamiento se ha convertido en una prioridad.

La fisioterapia oncológica juega un papel crucial en la mitigación de estos efectos adversos, facilitando la recuperación funcional, mejorando la calidad de vida y promoviendo la independencia del paciente.

Los principales objetivos de la fisioterapia oncológica incluyen:

  1. Mejorar la movilidad y la fuerza muscular: Mediante ejercicios personalizados, se busca recuperar o mantener la movilidad articular y la fuerza muscular, que pueden verse comprometidas por la inactividad o los efectos del tratamiento.
  2. Control del dolor: Se utilizan técnicas específicas para aliviar el dolor, como la terapia manual, masaje oncológico, ejercicios de estiramiento, etc.
  3. Manejo del linfedema: A través de drenaje linfático manual, vendajes compresivos y ejercicios específicos, se ayuda a reducir y controlar el linfedema, una hinchazón causada por la acumulación de linfa en los tejidos.
  4. Mejorar la capacidad cardiorrespiratoria: Programas de ejercicio aeróbico y de fortalecimiento ayudan a mejorar la resistencia y la función cardiovascular, que pueden verse afectadas por la fatiga y la inactividad.
  5. Reeducación postural: Para corregir y mejorar la postura, evitando dolores y problemas asociados con una postura incorrecta mantenida durante largos periodos.

Beneficios de la Fisioterapia Oncológica

Los beneficios de la fisioterapia oncológica son amplios y significativos:

– Mejora de la calidad de vida: Aumenta la capacidad para realizar actividades diarias, reduce el dolor y la fatiga, y mejora el bienestar general.

– Reducción del riesgo de complicaciones: Previene y maneja problemas como el linfedema, neuropatías, radiodermitis, mucositis, cicatrices, etc.

– Rehabilitación postoperatoria: Facilita la recuperación después de cirugías oncológicas, ayudando a restaurar la función y la movilidad.

La fisioterapia oncológica es una parte integral del tratamiento del cáncer, proporcionando un enfoque holístico para manejar los efectos secundarios del tratamiento y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Con su enfoque personalizado y multidisciplinar, ayuda a los pacientes a recuperar la funcionalidad, reducir el dolor y volver a una vida activa. A medida que la evidencia continúa demostrando sus beneficios, la integración de la fisioterapia en el plan de tratamiento oncológico es cada vez más reconocida.

¿Qué es la readaptación física?

La readaptación física es un proceso fundamental en la recuperación de pacientes y deportistas tras una lesión. Su objetivo principal es restaurar un estado físico y funcional
adecuado, permitiendo que las personas vuelvan a realizar sus actividades diarias y práctica deportiva de manera segura y efectiva. A continuación, exploraremos la importancia de la readaptación física y cómo beneficia a quienes la necesitan.

¿Qué es la readaptación física?

La readaptación física permite que las personas vuelvan a practicar deportes sin riesgo de recaídas o daños adicionales. Algunos aspectos clave de la readaptación física incluyen: Recuperación post-lesión: Después de sufrir una lesión, la readaptación física prepara al paciente para regresar a la actividad deportiva. Un entrenamiento específico y personalizado garantiza que los ejercicios se realicen correctamente. Fortalecimiento muscular: La readaptación física ayuda a adquirir el tono y la fuerza muscular necesarios para mantener una buena salud física. Esto es esencial para prevenir futuras lesiones.

Mejora de la movilidad: Trabajar con un fisioterapeuta durante la readaptación física permite mejorar la movilidad articular. Esto contribuye a un mejor funcionamiento del cuerpo. Envejecimiento saludable: La readaptación física combate los signos de envejecimiento relacionados con el sedentarismo, la obesidad y el estrés. Mantenerse activo y estable es crucial para una vida saludable.

Trabajo eficaz y seguro: Aprender a trabajar con el cuerpo de manera eficiente y segura es uno de los mayores beneficios de la readaptación física. Esto garantiza resultados positivos y una actitud positiva hacia la salud.

En resumen, la readaptación física es una herramienta esencial para recuperar la salud y la capacidad física. No descuidemos nuestro mayor capital: nuestra salud. Con la guía adecuada, podemos volver a la actividad física de manera segura y efectiva

¿Qué es el suelo pélvico?

El suelo pélvico es un conjunto de músculos y ligamentos que cierran la cavidad abdominal en su parte inferior, sosteniendo los órganos pélvicos como la vejiga, la uretra, el útero, la vagina y el recto. Aunque a menudo pasa desapercibido, su fortaleza y salud son fundamentales para el bienestar físico y psicológico, especialmente en las mujeres.

¿Por qué es importante trabajar el suelo pélvico?

Prevención de Problemas: El debilitamiento del suelo pélvico puede provocar trastornos como incontinencia urinaria, prolapsos de órganos pélvicos y dolor durante las relaciones sexuales. Fortalecerlo ayuda a prevenir o mitigar estos problemas.

Embarazo y Parto: Durante el embarazo, el suelo pélvico soporta el aumento de peso del bebé y los cambios hormonales. En el parto, se estira considerablemente. El fortalecimiento previo y posterior al parto es crucial para evitar daños irreparables.

Menopausia: Los cambios físicos durante la menopausia afectan al suelo pélvico. Problemas de incontinencia y prolapsos son comunes en esta etapa.

Estabilidad y Postura: El suelo pélvico contribuye a la estabilidad de la columna y la pelvis. Su fortaleza mejora la postura global corporal.

Control de Funciones: Un suelo pélvico fuerte permite controlar mejor las funciones intestinales y urinarias.

¿Cómo trabajar el suelo pélvico?

Los fisioterapeutas especializados diseñan programas personalizados. Algunas de las técnicas más utilizadas son:

Ejercicios de Kegel: Consiste en realizar contracciones y relajaciones de los músculos pélvicos.

Educación Postural: Aprender a usar correctamente los músculos del suelo pélvico y gestionar las diversas presiones que tiene nuestro cuerpo en el día a día.

Hipopresivos: son una técnica que combina manejo de la respiración y posturas específicas. Su objetivo es fortalecer la musculatura abdominal y del suelo pélvico, reduciendo la presión intraabdominal y mejorando la postura.

En resumen, cuidar y fortalecer el suelo pélvico es esencial para una vida saludable y plena. ¡No subestimemos su importancia!

Ecografía y fisioterapia

La ecografía musculoesquelética desempeña un papel crucial en la fisioterapia. Como herramienta diagnóstica, permite visualizar en tiempo real los tejidos blandos y estructuras musculoesqueléticas. Esto brinda a los fisioterapeutas información valiosa para diagnosticar y tratar diversas lesiones. Además, la ecografía ayuda a identificar la causa subyacente del dolor o malestar, permitiendo un tratamiento más preciso. En resumen, es una aliada esencial en la evaluación, planificación y seguimiento de la recuperación.

El proceso de diagnóstico en fisioterapia comienza con una anamnesis, donde recopilamos la historia clínica del paciente. Esto incluye datos personales, antecedentes familiares, enfermedades actuales y síntomas. La ecografía nos permite visualizar los tejidos afectados y determinar la patología subyacente. Además, durante el tratamiento, la ecografía actúa como una herramienta de guía, asegurando que el enfoque sea preciso y efectivo.

En la consulta, evaluamos la zona o región que causa el problema. No solo tratamos los síntomas, sino también la causa raíz. La ecografía nos proporciona una visión completa del estado de salud del paciente. Por ejemplo, en lesiones musculares, podemos identificar desgarros o inflamación. En tendinopatías, observamos cambios en la estructura del tendón. Además, la ecografía es más accesible y económica que otras pruebas de imagen, como la resonancia magnética.

En conclusión, la ecografía es una herramienta valiosa en la práctica de la fisioterapia. Proporciona información visual en tiempo real que ayuda en la evaluación precisa, el diagnóstico, la planificación del tratamiento y el seguimiento de la recuperación.